Una de les características de la comarca del Maresme son sus rials. Breves cuencas fluviales estacionarias, generalmente secas, pero capaces de transportar cantidades enormes de agua cuando hay tormenta intensa. Especialmente en primavera o otoño.
Precisamente su carácter estacionario ha propiciado des de tiempos remotos su uso como vía de comunicación. Esto, junto al auge de la construcción durante el último tercio del siglo XX, ha supuesto la degradación de la mayoría de ellos, hasta el extremo que actualmente es imposible encontrar ninguno sin urbanizar, aunque sólo sea parcialmente.
En Arenys de Mar encontramos el rial Llarg. No es un rial agradable para pasear o relajarse, ya que está completamente asfaltado y la vegetación brilla por su ausencia. Aún así es un paraje que personalmente me despierta todo tipo de sensaciones: nunca me deja indiferente.
El rial Llarg fue transformado por el hombre, destruido podríamos decir. Por los restos que quedan de muros y portales, como el que aparece en la fotografía que perteneció a una finca dedicada al cultivo del naranjo, debió tener su momento de esplendor. Esplendor que como todo lo que es humano, fue efímero, pasajero.
Hoy nos encontramos un paraje desolado, ruinoso y para a mi, símbolo del nuestro comportamiento como especie.
Esta foto pertenece al álbum Presente Imperfecto