
Frente a Luang Prabang, en la otra orilla del Mekong, la vida es muy diferente que en la vieja capital. La única forma de acceder es cruzando el rio en bote.
Frente a Luang Prabang, en la otra orilla del Mekong, la vida es muy diferente que en la vieja capital. La única forma de acceder es cruzando el rio en bote.